Moda
a mujer sobre la pasarela de cristal
El techo de cristal que impide a las mujeres llegar a los puestos de trabajo más importantes, aunque haya partidos políticos que pretendan ignorar la situación, es una realidad innegable; una realidad que nos vemos obligadas a afrontar sin más porque sí, porque vivimos en una sociedad machista basada en la teoría del patriarcado. Sin embargo, ese techo de cristal que ha seguido sólido durante decenas de años está empezando a agrietarse y es nuestra oportunidad, la de las mujeres, de acabar por fin con esta situación que nos ahoga.
Esa barrera, cuyo único condicionante es la brecha de género, debe ser destruida a través de la voz; la voz de tantas y tantas mujeres que ven pasar por delante de sus narices una generación de jefes menos cualificados que ellas y dispuestos a liderar, porque a ellos les educan así. Mientras a nosotras nos dicen “calladita estás más guapa” a ellos les enseñan a que tienen que ser “el hombre de la casa”.
Y esta historia se repite una y otra vez, como si fuera un cuento de Caperucita Roja que nos tenemos que aprendernos de memoria, pero esta vez el lobo es la propia sociedad marcada por generaciones que han recibido una educación basada en la teoría del más fuerte - que, spoiler alert, siempre acaba siendo un hombre, aunque la protagonista del cuento fuera ella.
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Techo de cristal en general
os datos de mujeres en altos cargos son la prueba visible de que todavía no se ha superado la brecha que condiciona el triunfo en función de los genitales. Según la
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Encuesta de Población Activa (EPA) publicitada en el Instituto Nacional de Estadística (INE), las mujeres ocupan el 36% de los puestos directivos en las empresas. Aunque es una cifra que ha ido en aumento en los últimos años, todavía ese porcentaje está muy por debajo del masculino y sigue siendo una muestra de cómo, aunque el feminismo esté cambiando el panorama actual, todavía hacen falta muchos 8M para conseguir una igualdad que incluya a las mujeres en condiciones de equidad dentro de las empresas.
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stos datos los vemos reflejados en la mayoría de trabajos. Según el CGPJ, solo el 21% de mujeres ocupan los puestos de presidencias de las Audiencias Provinciales.
Además, si vemos cualquier evento de cine como los Premios Óscar, solo una mujer directora ha sido premiada desde 1929. Y la tendencia se repite también en ámbitos como el deporte, donde la brecha salarial sigue siendo todavía un debate abierto o la ciencia, donde, según el informe del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, tan solo el 26,1% de los profesores de investigación son mujeres.
Comparación entre trabajos
Pasarela de cristal
ero pensemos por un momento en un ámbito donde las protagonistas siempre han sido las mujeres. Así es, la moda. Los desfiles de las semanas de la moda más importante de Nueva York, París o Londres son siempre
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los femeninos y las pasarelas de Alta Costura están pensadas para las mujeres. Y, además, este pensamiento de que la moda es una industria femenina se sustenta en datos, ya que según el Council of Fashion Designers of America el 70% trabajadores en la moda son mujeres. Siguiendo esta línea, en las escuelas de moda más prestigiosas siguen siendo en su mayoría mujeres. El porcentaje de graduadas en la Escuela de diseño de Parsons representan un 85% y en el Instituto de Moda y Tecnología un 86% y en el Pratt las mujeres representan el 93,1%. Pero ¿se mantiene este porcentaje si nos fijamos en los puestos de poder?
Al igual que en el resto de los ámbitos, la respuesta por el momento sigue estando alejada de las metas por las que luchan asociaciones feministas. Maria Grazia (Dior), Donatella Versace (Versace), Miuccia Prada (Prada) o Stella McCartney(firma homónima) solo representan a la minoría de directoras creativas que lograr conseguir un puesto de control dentro de una empresa con renombre en el mundo de la moda. Si miramos las cifras sobre los puestos de mujeres en direcciones y altos cargos creativos, de acuerdo con el informe The Glass Runway: Gender equality in the fashion industry, el dato desciende hasta llegar al 14%. Una cifra demasiado baja para un mundo que siempre ha estado primando el comercio femenino. Por este motivo, el 100% de las mujeres encuestadas creen que el género es un problema que sigue presente en la moda y, asimismo, las aspiraciones de llegar a ocupar grandes puestos de control caen con el peso de sus carreras.
Soluciones propuestas
n la actualidad, tanto hombres como mujeres se ponen de acuerdo en que las compañías dedicadas a la industria textil deberían mejorar sus estrategias para mejorar la diversidad de género. Desde el Council of Fashion Designer of America (CFDA) han propuestos varias soluciones que las empresas de moda pueden adoptar para trabajar de forma paralela con los cambios sociales y laborales que se han instaurado gracias a los avances feministas. Algunas de estas medidas son:
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“Entender la diversidad de género como una ventaja para el negocio”, ya que aseguran que las empresas que consiguen priorizar la cuestión de género posicionan a la empresa en una ventaja competitiva dentro del mercado laboral. Además, según el Instituto Europeo de la Igualdad de Género (EIGE), el PIB per cápita de la Unión Europea podría ascender en un 10% hasta 2050 si se mantiene la tendencia de equidad de género.
"Desarrollar transparencia y claridad en las evaluaciones, promociones y compensación”. Para compensar la diferencia que muestran los datos sobre los ascensos femeninos, el CFDA propone aumentar la claridad en cada fase de los ascensos a puestos de control para poder estudiar los motivos de la promoción.
"Proveer programas de training para empoderar a la mujer”. Llevamos años viendo como son los hombres los que consiguen llegar a conseguir fama dentro de los puestos de directores creativos y ejecutivos. Por ello, es necesario mostrar ejemplos de mujeres que han conseguido llegar a ser referentes dentro de la industria para motivar a todas las trabajadoras a impulsar sus carreras, ya que solo el 31% de mujeres piden una promoción laboral.
"Establecer flexibilidades de las políticas de trabajo para poder compensar el balance del trabajo y del cuidado”, las mujeres de acuerdo con el EIGE el 37,5% se dedican al cuidado de personas (hijos, nietos o personas mayores) y el 78,7% realizan las labores domésticas, mientras que los hombres solo representan el 24,7% y el 33,7% respectivamente. Esto sumado a que el 30% de mujeres han visto sus carreras relantizadas a la hora de tener un hijo. Por ello, es necesario garantizar unas garantías que ayuden a las mujeres a no tener que tomar una decisión entre el trabajo y la vida familiar.
Aunque estas medidas supondrían un avance dentro de las empresas, los datos muestran que de momento solo están presentes de forma teórica y se desdibujan a la hora de llevarlas a la práctica. Por ello, debemos unir la voz para exigir a las empresas que estas valoraciones sean implementadas para que las mujeres puedan conseguir sentirse en condiciones reales de igualdad dentro de sus puestos de trabajo.
Bibliografía
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