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l feminismo se viste de las firmas de moda

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La moda no solo tiene una visión estética y temporal, puede ser considerada el próximo arte que intercambiando el pincel por aguja e hilo cose manifestaciones sociales.  No es ese mundo que nos han vendido frívolo y competitivo que personifica Meryl Streep en El Diablo Viste de Prada. La moda trasgrede esos estereotipos y conforma un escenario ideal para dar voz a todas las reivindicaciones. En las semanas de la moda se unen protestas animalistas, ecologistas y feministas. Todos esos valores cobran visibilidad en un mundo que pretende llegar, no solo con sus prendas, sino con los mensajes que hay detrás de ellas; con las historias que se escriben solas en las calles y que luego son traducidas por los artistas que en este caso aportan su particular visión sobre las pasarelas. Porque rescatando las palabras del diseñador Yves Sant Laurent: “La moda no es un arte, pero se necesita de un artista para crearla”.

Y es que al igual que ocurre con el arte, detrás de una camiseta o un vestido, siempre se esconde un mensaje detrás. Cada prenda logra adquirir un valor y un significado para el que la hace y el que decide llevarla. Y en ocasiones este sentido se comparte cuando los diseñadores pasan a transformar su visión de la colección para literalizarla en las prendas. Algunos de los creadores que utilizan este altavoz para hablar sobre los problemas a los que se enfrentan las mujeres son:

Maria Grazia Chiuri

“I say I” (Yo digo yo), así comenzaba el último desfile Prêt-à-porter de Dior que puso su particular mirada en la subjetividad femenina. La nueva directora creativa, Maria Grazia, ha revolucionado la sutileza de los mensajes de la firma de lujo francesa para transformar el significado de la moda en reivindicaciones que cobran un sentido literal, en este caso, a través de neones que dibujan en el aire las frases que aparecen en las manifestaciones del 8 de marzo: “Somos mujeres clitoriales”, “Consentimiento” o  “Si las mujeres nos paramos el mundo se para”, trabajo de la artista Claire Fontaine.

“Todo es político. La moda solo fue un mundo de ensueño en el pasado”, aseguraba la diseñadora para El País. Y es que la ingenuidad dentro de este mundo se ha perdido y ha adquirido una visión más interesante, más madura y que es capaz de concienciar y formar un espacio de reflexión. Por ello, Grazia desde que está al frente de Dior ha querido dar voz a las retos que ella misma no elige por su “condición” de mujer.

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Todo es político. La moda solo fue un mundo de ensueño en el pasado

La diseñadora construye a través de sus prendas el diálogo de las mujeres peruanas. La joven firma, que apenas tiene dos años de edad, ha servido para poner en cuestión los estereotipos que rodean a la mujer y que se hacen más notables sobre las pasarelas, donde la mayoría de modelos tienen “tallas 0”.  Por ello, Yucra decidió que en sus desfiles los pasos sobre las pasarelas los dieran mujeres diversas que representaran la historia feminista que la firma no está dispuesta a silenciar. “Considero que el trabajo que se realiza en la marca realmente es un grito necesario para una realidad donde las mujeres aún se encuentran relevadas. Lo que queremos con Annais Yucra es crear generaciones de mujeres que crezcan en una sociedad más inclusiva”, cita Fashion United.

El trabajo que realiza la marca es un 

grito necesario para las mujeres

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Annais Yucra

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Ryan Lobo y Ramón Martín 

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Los diseñadores Martín y Lobo ponen el foco de atención de su marca, TOME, en la diversidad e inclusión de todas las mujeres. En 2017, crearon en su colección un homenaje a las Guerrilla Girls, un grupo feminista que utilizan máscaras de gorilas y plátanos para no descubrir su identidad y mantener el anonimato. De esta forma, consiguen llamar atención para luego centrar la mirada en la conciencia del mundo del arte. Algunos de los datos que comparte tanto la pasarela de TOME como la Guerrilla Girls son las ventajas de ser mujer y artista. “Menos del 5% de las artistas del museo del Met en Nueva York son mujeres, sin embargo, el 85% de los desnudos son femeninos”.

Prabal Gurung

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Si la moda ha adquirido una nueva dinámica politizada, Hoffman la ha sabido trasladar a sus pasarelas. Esta vez, no ha sido a través de lemas en sus prendas, sino mediante un manifiesto en contra de las políticas de Trump que leyeron 4 mujeres invitadas que fundaron The Women's March. Además, las modelos de la sesión fotográfica fueron mujeres que saltaron de la asociación Art Not War a los focos para lograr la unión de feminismo y moda.  “Mi intención era prestar mi voz y mi escenario a todas esas mujeres, y Art Not War supo cómo hacerlo realidad”, comentaba la diseñadora para Vogue Usa.

Mara Hoffman

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Mi intención era prestar mi voz y mi escenario a todas las mujeres y Art not War supo cómo hacerlo realidad

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El discurso creativo del diseñador toma como punto de partida su propia vida y la transforma en moda. “Para mí el feminismo no es solo un trendig topic, es la única forma de vida que conozco, incluso antes de conocer qué significaba la palabra feminismo”, reconocía Prabal Gurung para el HollywoodReporter. Hijo de madre soltera en Nepal, todas sus colecciones están enfocadas a crear empoderamiento femenino y a mandar fuerza a las mujeres como su madre que están en situaciones que el contexto político-religioso las califica como “desafortunadas”.

Para mi el feminismo no es un trending topic, es la única forma de vida que conozco

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Críticas a la moda feminista

Aunque estos discursos pueden sonar demasiado utópicos, siguen siendo necesarios para el activismo feminista y trasladarlos a las pasarelas sobre las que detienen la vista miles de personajes influyentes tanto en la moda como en la política, supone una propuesta interesante. No obstante, estos actos de protesta en la moda han generado una dicotomía de opiniones. Mientras que diseñadores y periodistas de moda siguen queriendo mantener las pasarelas como espacio de denuncia, periodistas de Eldiario.es afirman que “El feminismo no puede ser una moda porque ser feminista no es ponerte un eslogan o consumir una serie de consignas. No digo que eso no pueda ser un inicio. Digo que el feminismo es conductual, no estético”, afirma la periodista Noelia Garberí.  

La verdad del movimiento feminista no se puede resumir solo en una camiseta, pero puede ser una manera de trasmitir un mensaje que como afirma Garverí puede constituir el principio de una lucha o literalizarla. Sin embargo, es necesario primar cómo han trabajado las marcas para llevar a cabo las prendas feministas. Supone una incoherencia comprar una camiseta que ponga “Yo soy feminista” a marcas como Inditex o El Corte Inglés que trabajan en fábricas donde el 90% de mujeres trabajan en condiciones de explotación.

Iniciativas que nacen 100% de la conciencia feminista

Pero el hecho de que estas marcas utilicen una doble moral para generar beneficios económicos y utilizar el feminismo y la explotación laboral femenina al mismo tiempo, no se debe generalizar a toda la moda. Desde este mundo han nacido iniciativas que se contraponen a las políticas laborales de Zara y Mango y hacen alegatos a favor del slow fashion o “moda lenta”. Estas determinaciones las capitanea una empresa por excelencia: Fashion Revolution. Como su mismo nombre indica, quieren levantar la revolución de la moda y preguntar a todas las marcas ¿quién ha hecho mi ropa? Sus mensajes se han interpretado en pasarelas como  la de Athina Korda que traslada la pregunta a través de una modelo en ropa interior.

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Asimismo, Fashion Revolution ha impulsado la Fashion Revolution Week para exigir una mayor transparencia a las firmas e impulsar a la gente a reflexionar sobre los procesos que las marcas esconden detrás de sus cuentas bancarias y que acaban en tragedias como Rana Plaza o el incendio en una fábrica textil en Dacca. También en España han surgido iniciativas de la misma índole como la “Semana Sostenible de la Moda" cuya primera edición se celebró justo antes de la cuarentena del 5 al 9 de febrero de este año. Se trata de un proyecto que pone su foco de atención en la ética y la ecología y que ha sido impulsada por The Circular Project y apoyada por la Asociación Española Multisectorial de Microempresas (AEMM), la Asociación de Moda Sostenible de Madrid (MSMAD), la organización Madrid Capital de Moda (MCDM) y la Asociación Creacores de Moda en España (ACME), entre otros muchos.

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Porque la moda es un espacio donde todo puede convivir, pero nunca los valores que chocan con los derechos humanos y el feminismo. Mientras empresas como Inditex, Mango, EL Corte Inglés o Benetton sigan haciendo negocio con la explotación de mujeres, seguirán siendo necesarias todas las iniciativas posibles que apelan a prevalecer la dignidad de todas las personas.

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