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Ciencia

Invertir en ciencia, invertir en futuro

Los datos de gasto en I+D en España muestran que la inversión se ha ido recuperando año tras año después de la crisis de 2008. A su vez, el sector empresarial es el que más contribuye al desarrollo de I+D, en el año 2018 significó el 56,5% del gasto total en innovación y desarrollo, como se puede apreciar en el gráfico.

Según el informe COTEC 2019 la inversión en el año 2017 se sitúa en el “1,20 % del PIB, frente al 1,19 % de 2016, un signo de la recuperación económica española”. Sin embargo, también destaca que lograr un “2 % de inversión en I+D sobre el PIB para 2020 sigue siendo un reto imposible”.

Financiación pública de la I+D+I

El informe COTEC 2019 destaca que la política de gasto 46 (Investigación, desarrollo e investigación) en los Presupuestos Generales del Estado (PGE) “han experimentado un recorte aproximado del 32 % desde el comienzo de la crisis hasta los 7 003 millones de euros de 2018”.

Y ya no solo la reducción de presupuesto, sino que también existe una brecha entre la cantidad asignada a cada área y la cantidad que realmente se ejecuta. Así se puede observar que la tasa de ejecución de la política I+D+I es una de las más bajas.

 

Del presupuesto total asignado, se ha ejecutado menos de la mitad en 2018, un 46,8%.

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Investigación con i minúscula

En una entrevista realizada por Javier San Martín para una colaboración del blog Mujeres con Ciencia y Activa Tu Neurona, Margarita Salas cuenta su opinión sobre la situación de la ciencia e investigación en España.

En su discurso por el ingreso en la RAE el 4 de junio de 2003, relacionó el sillón que le había tocado al azar: i minúscula, con la investigación. Javier San Martín le preguntó si en España la palabra investigación se ha escrito con minúscula, Margarita Salas criticó la poca importancia que se da a la investigación y añadió: “aunque los políticos en sus discursos, y no tanto tampoco, dicen lo importante que es la investigación y el desarrollo, la I+D+i y todas esas íes, pero en el fondo no sé si se lo creen mucho porque la realidad es que el presupuesto en investigación está cada vez más esquilmado, cada vez tenemos menos inversión en investigación”.

Destacó la necesidad de invertir en investigación, tanto por fuentes públicas como privadas, “en los países europeos de nuestro entorno, desarrollados y con buena investigación, como Alemania, Francia o Inglaterra, la inversión privada es del orden del 66%, y nosotros estamos rondando el 50, es decir que nos falta todavía un porcentaje por parte de la inversión privada”, explica Salas.

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Mujeres científicas desaparecidas en la historia

También habló sobre sobre futuro e igualdad, afirmó que dentro de 15 años la mujer ocupará su merecido lugar en la ciencia: “Es que es una realidad. En nuestros laboratorios hay una mayoría aplastante de mujeres haciendo la tesis doctoral; en las carreras universitarias, en medicina, por ejemplo, el 75% son mujeres; haciendo el MIR, mayoría de mujeres; y en el resto de carreras, excepto quizá en ingeniería, la mayoría son mujeres. Todas estas mujeres van a seguir adelante. En mi época, aunque cuando yo hice químicas el 33% éramos mujeres, cuando acababan la carrera, se casaban, tenían familia y alguna después lo retomaba, pero la mayoría se quedaban como esposas y madres de familia, y ahora la mujer se toma en serio su profesión y si hace una carrera y un doctorado es para seguir adelante”.

Infografía: De ángeles del hogar al mundo laboral

Ciencia y género en la universidad

En comparación con otros países europeos, España tiene el porcentaje más bajo en ciencias naturales, matemáticas y estadística, según el informe La universidad española en cifras 2017/2018:

Además, si analizamos los datos a nivel nacional, se aprecia que en las universidades públicas la área de ciencia es la que menos peso tiene. Junto a las ciencias de la salud e ingeniería y arquitectura sí que se equilibra la diferencia con la mayoritaria, ciencias sociales y jurídicas.

Como muestra el Informe SUE 2018. La contribución socioeconómica del sistema universitario español, las ramas más desequilibradas en cuanto a sexo de los estudiantes son ingeniería y arquitectura, con un 75% de hombres, y ciencias de la salud, con un 70% de mujeres:

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