l monstruo de la moda
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En plena era del auge feminista que da voz a todas las formas en las que se manifiesta la violencia de género: acoso laboral, sexual, agresiones físicas y psicológicas, entre otras, la cifra de casos sigue aumentando de forma desmedida mientras los negocios se esfuerzan más por esconder lo que califican de “escándalos” que por tomar medidas que refuercen la seguridad de las mujeres en el trabajo. Es así como juegan con ellas como si fueran marionetas a las que dan su voz y a las que eligen cuando silenciar.
Y esta pausa que se forma, estos secretos a voces que se convierten en un ruido imposible de calmar, afectan a todas las mujeres que escuchan como sus historias, las de más de 8 millones de mujeres según la ONU, son acalladas por el “bien” de la empresa.
Suben las denuncias
La moda no escapa de la violencia de género y el acoso
Pero no todo es negativo, el movimiento Me too que nació para denunciar la violencia sexual en Hollywood se ha trasladado de Los Ángeles a todas partes de mundo para quitar la venda que ciega a la sociedad que elige ignorar las señales para lograr que más mujeres puedan tomar acción y conseguir ser dueñas de su destino entorpecido por un hombre. Este movimiento que nació del cine, ha sido la voz de 64.000 personas que en el primer trimestre de 2019 decidieron denunciar, un 11,2% más que en el año anterior. Además, según el Poder Judicial de España siete de cada diez sentencias por violencia de género fueron condenatorias en 2018, lo que supone un avance para frenar la violencia machista.
También suben las mujeres asesinadas y las violaciones
No obstante, la pelea incansable de los colectivos feministas no puede cesar, ya que, aunque haya más denuncias y aumenten las condenas por violencia de género, el 2019 acabó con la mayor cifra de asesinatos y una subida del 18,8% en violaciones en el primer trimestre. Y aunque los medios de comunicación den visibilidad a la violencia doméstica, sigue existiendo una forma de violencia de género que afecta a millones de mujeres y que se ha convertido en un tabú: la violencia dentro del ámbito laboral.
El caso de las modelos de Victoria's Secret
Hay numerosos ejemplos sobre altos cargos de poder que, como el productor Harvey Westein, abusan sexualmente de mujeres bajo amenazas de hundir sus carreras profesionales. Y como sucede con el techo de cristal, ese monstruo que ahoga, que busca intimidar y herir a las mujeres y que tiene nombre y apellidos también está existe en todos los trabajos y tiene mucha presencia en el mundo de la moda.
Los ángeles de Victoria’s Secret se trasladan al infierno por culpa de fotógrafos y directores de moda que al igual que Westein utilizan su poder para aprovecharse de las modelos. Según una investigación llevada por The New York Times, dos hombres impulsaron dentro de la marca una “cultura de misoginia, acoso y abuso” y la modelo Andi Muise sufrió las consecuencias de denunciar estas situaciones alarmantes dejando de ser contratada para los desfiles de la casa de lencería.
Asimismo, muchas modelos fueron presionadas por un fotógrafo de la firma a posar desnudas sin cobrar. “Estos abusos eran tomados como anécdotas y aceptados como lo normal. Era como un lavado de imagen. Y cualquiera que intentaba hacer algo al respecto no era solo ignorado. Eran castigados”, denunciaba un antiguo trabajador de relaciones públicas de la casa de lencería Casey Crowe Taylor para el periódico estadounidense. De esta forma, el sueño de muchas modelos de desfilar para Victoria’s Secret queda amenazado por la sobra del machismo y se convierte en una mala pesadilla de la que huir.
Estas noticias de abusos sexuales en la moda, según la revista Hapersbazaar no logran sorprender a las personas que trabajan en la industria textil y que miran a otro lado cuando se cruzan estos casos a “aquellos considerados artistas se les otorga cierta impunidad en cuanto a las conductas abusivas”. Pero cuando se cruza la línea profesional es necesario denunciar tanto si te ha pasado como si eres consciente de que está ocurriendo en tu trabajo, porque el silencio te convierte sin querer en cómplice del acoso y romperlo es cuestión de apoyar iniciativas como la de Modelallianceby y Time’s up now que mediante un comunicado exigen a Victoria’s Secret a dejar de ignorar las quejas que aumentan dentro de la marca.
Violencia de género en Bangladesh
Por otra parte, la violencia de género en el sector textil no solo se representa entre las modelos más exitosas, también se manifiesta en las fábricas de países subdesarrollados como Camboya o Bangladesh donde el 90% de trabajadoras son mujeres en condiciones de explotación que, además, de acuerdo con un estudio realizado por Care Internacional y otro estudio de Fashion Revolution y el Garment Worker, el 33,3% de trabajadoras en estos países ha sufrido acoso sexual, un 57% violencia verbal y un 60% discriminación por su género.
Iniciativas en la moda para frenar la violencia de género
Para frenar estos silencios que están presentes en cada prenda y en cada runway que vemos en televisión, han surgido campañas de concienciación dentro de la industria de la moda. Un ejemplo es la campaña “I Could have been” que cuenta que al nacer nuestros padres eligen dos nombres, uno de chico y otro de chica. Lo que plantea es concienciar a través de la empatía planteando que todos podríamos ser esa mujer que por desgracia se ve obligada a desenmascarar al machismo, que, aunque la imaginación nos juegue una mala pasada, no viene representado en monstruos fáciles de identificar. En estos casos esos monstruos tienen nombre y apellido y son padres, tíos, amigos, hijos, novios y maridos.
Otra de las propuestas es la Pasarela Azul, un desfile del programa Wevolve del Banco Mundial que a través del discurso de la moda buscan “desarrollar nuevas actitudes y comportamientos, y estableces relaciones saludables que reduzcan el riesgo de la violencia de género”, en general, hacer una llamada a todas las personas a denunciar los acosos de forma judicial y también a través del arte.
Además, también existe una aplicación para abordar directamente la violencia sexual dentro de la industria textil: “Humans of fashion”, una propuesta de la modelo Kristina Romanova y la abogada Antoniette Costa. La propuesta ha tenido el apoyo voluntario de terapeutas y más de 4000 abogados gracias a al Instituto de Derecho de la Moda. Esta forma supone una innovación a la hora de asesorar de manera instantánea a las mujeres que sufren acoso dentro del entorno de la moda y frenar el abuso de poder a través del asesoramiento legal. Según comentaron las fundadoras para Fashion United: “Estamos aquí para decirles a las personas que debemos ser tratadas como seres humanos, no como maniquíes”.
Estamos aquí para decirles a las personas que tienen que ser tratadas como seres humanos no como maniquíes
Es necesario recordar que la violencia de género es responsabilidad de todos. No se puede mirar hacia otro lado porque, aunque los datos hablen por si solos para contarnos la realidad de un problema estructural que amenaza a todas las mujeres, es la responsabilidad de todos de darle voz y utilizar las herramientas como aplicaciones o el 016, tres número que pueden hacer que los gráficos se reduzcan; porque detrás de cada número de la gráfica hay mujer que sufre la violencia a manos de un hombre y que está siento maltratada. Por eso, si sospechas algo, di algo.
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